La cohabitación peor que el divorcio?

Un reciente artículo en el Washington Times analiza dos nuevos informes de investigación que pretenden la cohabitación es peor que el divorcio.   Empecemos por señalar que cada organización tiene la investigación de una plancha en el «matrimonio» del fuego.   El Centro de Valores Americanos para el Matrimonio y la Familia y el Proyecto Nacional de Matrimonio no son exactamente imparciales.   La ironía es que los grupos conservadores tradicionales que realizan estos estudios parecen abogar por el divorcio sobre la convivencia.

La «gran recesión» tiene un mayor número de parejas casadas o en unión libre posponer el divorcio durante el proceso de divorcio.   Parejas mencionan la necesidad de aunar recursos y el hecho de que la cohabitación hace más fácil el cuidado de niños.

¿Qué pasa con la convivencia?   La convivencia puede retrasar los niños normales y el proceso de duelo necesario para procesar el estrés de una ruptura matrimonial de sus padres.   Se puede hacer todo el cambio más confuso y-para los adultos así como niños.   También se puede dar a una de las esperanzas falsas ex-cónyuges de la reunificación.   La convivencia también puede enturbiar las aguas legales en cuanto a cuando la fecha exacta de la separación se produjo.   Si las parejas se deciden a recorrer las peligrosas aguas de la convivencia durante el proceso de separación, las partes deben presentar una separación legal lo más pronto posible con el fin de dejar claro que el matrimonio había terminado.

El artículo del Washington Times afirma que «tenían los niños de 6 a 11, el 16 por ciento de los niños en los hogares en cohabitación» problemas emocionales graves. «Este fue el caso del 4 por ciento de los niños que viven con padres casados ​​biológicos o adoptivos».   Pero, ¿por qué no es el estudio comparativo de los hogares divorciados que cohabitan no convivientes hogares divorciados?

Convivir después del divorcio crea una situación compleja que puede o no puede hacer las cosas más complicadas para los niños que ya están lidiando con una situación estresante.   Sin embargo, estos estudios no parecen probar su tesis y el jurado está deliberando sobre si la convivencia o el divorcio es lo mejor de dos males.